Por Juan Tomás Valenzuela
La Plaza de la Bandera,
diferente al malecón,
se convirtió en el bastión
de una juventud guerrera.
Al tono de ¡VAN PÁ FUERA!
se confundieron, artistas,
intelectuales, bromistas,
bachilleres y doctores,
que hasta recibieron flores
de la guardia danilista.
Muy temprano en la mañana
empezaba a llegar gente,
de los puntos diferentes
de esta tierra Quisqueyana.
Esa inmensa masa humana
que se concentró en la plaza,
le exigían irse a su casa
a esta gleba danilista
y a la Junta chantajista
de estos jueces guasa-guasa.
Una pleyade de artistas
deleitaban la presencia
de la enardecida audiencia
que iba con pancarta en ristra.
Lo que saltaba a la vista
en la manifestación,
era el orden, la atención
y el convivir ciudadano
del pueblo dominicano
que fue a la presentación.
Aún yendo quien no debía,
faltando quien debió ir,
no es mi intención deslucir
este acto de gallardía.
Se abarrotaron las vías
de acceso al fausto escenario,
en que los compromisarios,
hacíendo acto de conciencia,
pedían con efervescencia:
¡Pá fuera estos dromedarios!
Lo que se vió deslucido
fue el grandioso malecón,
donde el gobierno bribón
fue a hacerle coro al ungido.
Que mal le fue a este bandido
en su último desfile,
donde los “correveidiles”
quedaron en evidencia
de que se tomó conciencia
y es bueno que se espabilen.
Juan de los Palotes
27 febrero 2020